Gracias y hasta siempre Morita...

El uruguayo, debilidad de Gallardo, no pudo aguantar una lesión y se retiró con 31 años. Queda en un lugar de privilegio en la memoria del hincha de River.

Anoche, en medio del regreso de River a los trabajos, entre sonrisas, pelos platinados y el pan dulce todavía atragantado, hubo una noticia que ensombreció esa feliz vuelta a clases: Rodrigo Mora baja de la pretemporada por problemas físicos. Rodrigo Mora y un rumor que crecía con el correr de las horas y que luego se confirmaría: su retiro del fútbol.

El uruguayo siempre fue una debilidad del Muñeco, un técnico que no se casa con nadie. El propio entrenador, que lo rescató en el 2014 cuando Morita estaba a préstamo en la Universidad de Chile, fue testigo de su lucha, su pelea, su milagro por volver a las canchas en 2018 cuando parecía casi imposible. Por eso, tuvo recompensa:en junio, el club le renovó contrato por dos años. Pero ya en estos últimos meses, el tiempo (llamado en este caso Julián Álvarez, 18 años) le estaba ganando la batalla a Morita. Jugó una hora ante Aldosivi, en octubre, pero luego vinieron otra vez los problemas físicos en la cadera que lo marginaron de la semi de Copa Argentina ante Gimnasia, y el banco en las finales con Boca.

Lo que hizo Rodrigo Mora: pelearla. Cuando parecía que volver a patear una pelota resultaría imposible, dio todo por ese regreso a las canchas. Y lo logró. Logró el milagro. Ahí está su épica, su batalla y su reconocimiento: 184 partidos en River, 41 goles, nueve títulos con su nombre grabado en dos Copas Libertadores, pero sobre todo su lugar de privilegio en la memoria del hincha de River. Ahí no habrá paso del tiempo capaz de deterioro alguno. Ahí Rodrigo Mora ya hizo lo que pocos: ser eterno.

Fuente: Ole