Pasa con el River de Gallardo y pasa con Julián Álvarez: sus marcas ya son tantas y de tantos colores que a veces abruman. Y así como en algún momento durante estos siete años y medio la vara para medir el ciclo más glorioso de la historia del CARP pasó a ser el mundo (el Muñeco fue el mejor entrenador del globo durante varias semanas para el sitio especializado Club World Ranking, ganó tres veces consecutivas el premio al DT top de América en la encuesta anual de El País y estuvo preseleccionado en la gala de The Best de la FIFA, por citar algunos ejemplos), desde hace varias semanas con el cordobés de Calchín empieza a suceder lo mismo.
Sus cuatro goles a Patronato fueron la última confirmación para entender que el fútbol argentino ya le queda bastante chico a Álvarez y que en todo caso la Selección Argentina, con Messi y compañía, es un hábitat más natural para un futbolista de su nivel. Y a partir del poker del 9 para dejar a River un poco más cerca del objetivo de ganar la Liga por primera vez en la era MG, la comparación con los otros jugadores de su especie a nivel internacional sale sola: tomando esta temporada que comenzó en julio, JA9 es el Sub 21 que más goles hizo entre las mejores ligas del planeta (sin contar competencias continentales o copas nacionales). Y también lidera ese ranking si se suman los gritos más las asistencias.
Según las estadísticas de Opta, en estos ítems el goleador del campeonato argentino con 15 tantos y cinco asistencias supera a todos, incluido por ejemplo un tal Erling Haaland. Y ni siquiera es de todos ellos el que más partidos y/o minutos disputó en este semestre. Sí, una bestialidad la de la joya de 21 abriles que no parece tener techo y que está a seis goles de ser el goleador del fútbol local con más gritos en un solo torneo en este siglo: Marco Ruben (en Central en 2015) y Darío Benedetto (Boca en la 16/17) sumaron 21 cada uno.
Y claro, este tipo de datos no se les escapan a los scoutings europeos que ya lo tienen en la mira desde hace un buen rato: no hace falta ser un adivino para saber que durante los próximos mercados su agente Fernando Hidalgo tendrá el celular prendido fuego por ofertas de todo tipo y color de los principales clubes del Viejo Continente. Por eso hoy en los pasillos de River el tema más candente, aún a la expectativa de la decisión de fondo que tome Marcelo Gallardo respecto a su continuidad post diciembre, es la renovación del vínculo de Álvarez, que caduca a fines de 2022.
Mientras Julián la rompe, su representante está en el exterior y en Núñez avisan que a su regreso se sentarán a dialogar para encaminar una extensión que por ahora se hace esperar y que tendrá una actualización salarial acorde al rendimiento del futbolista y a las propuestas que ya empezó a recibir desde hace un tiempo: con sondeos de Inter, Milan, Ajax, Bayer Leverkusen, Borussia Dortmund, Sevilla, Aston Villa y más, en el último receso el club y el propio jugador rechazaron una oferta formal del Orlando City por hasta 12 millones de dólares por su ficha, de la cual River es dueño del 85% (el otro 15% pertenece al humilde Deportivo Atalaya de Córdoba, que más temprano que tarde tendrá su cuenta corriente bancaria explotada).
La intención de la dirigencia de renovarle para evitar que en junio pueda empezar negociar como agente libre es también subir un poco más su cláusula de rescisión, que hoy llega a los € 25.000.000: y es que aún esa cifra descomunal parece quedarle corta a Álvarez. A River, en todo caso, le jugará a favor un punto crucial para la carrera del ya consagrado juvenil: la Copa del Mundo de Qatar.
El Mundial de Qatar, una ayuda para River
El Mundial que se jugará a fines de 2022 es el gran objetivo que tiene Julián en el horizonte y una venta a un pesado de Europa (hoy parece la única opción lógica de mercado para él, incluso sin tener listo el trámite de su pasaporte comunitario) podría requerir de un período de adaptación lógico que podría ser contraproducente ante los ojos de Lionel Scaloni. La otra opción es concretar una transferencia con delay: que Álvarez sea vendido pero juegue en el club de sus amores hasta el Mundial. Aunque en ese punto el que se opondría -de seguir post diciembre- es Gallardo: no le gusta esa metodología de venta y no volvió a aceptarla desde que el Atlético de Madrid compró en diferido a Matías Kranevitter en 2015.
Por lo pronto, aseguran desde su círculo íntimo, Julián solo piensa en la pelota, en seguir rompiéndola en River y en afianzarse en la Selección. ¿Hasta dónde puede llegar? Difícil saberlo, pero a los 21 el cordobés ya Copa el Mundo...
Fuente: Diario Olé