El equipo de los sueños

En Madrid, River se hizo fuerte y escribió su propia historia con letras doradas. Venció por 3 a 1 a Boca en tiempo suplementario.

Privados de jugar en casa, castigados por el error de unos pocos, sin nuestro Dt y emblema en el banco, con ambas parcialidades en el público
y sin estar en igualdad de condiciones, así empezaba a escribirse esta historia.

Madrid era la sede del clásico más importante de la historia del fútbol mundial, y nos tenía a nosotros como protagonistas, que habíamos trabajado en silencio ante tanto ruido ajeno al fútbol.

El camino había sido muy largo, y la espina había quedado clavada luego de las semifinales perdidas en 2017. Pero como siempre, este equipo demostró la unión y solidez que hacen falta para luchar contra la adversidad. 

El 9/12/2018, fecha tatuada en muchas pieles riverplatenses, será recordado como el día más importante de la historia del club. por haber demostrado quien es el más grande de la historia. Poco puedo hablar de fútbol, si de sensaciones y emociones, porque, este equipo sigue enamorando día a día, su fortaleza mental y anímica ante las adversidades, dejan en claro que el conjunto de Gallardo, siempre tiene ese plus que se necesita para conseguir resultados, demuestra que nunca está muerto y siempre tiene fuerzas aunque se lo vea muy golpeado. Ese primer tiempo que todos sufrimos, y que notábamos que el millo no podía hacer pie, nos dio un cachetazo, luego del gol de Benedetto, y dejó muchas dudas ante la vuelta a la segunda etapa. La fé y el amor que tenemos por este plantel y su cuerpo técnico, es lo último que perdemos.

River se arrimaba con poco peligro al arco de Andrada y cuando lo hacía, Cunha se encargaba de darle tranquilidad al equipo de la Ribera, ya que, no nos cobró un penal gigantesco en el que Pratto se veía derribado por el arquero contrario. Hasta que a los 68 minutos, el hombre de los millones, enviaba a la red un centro atrás de Nacho Fernandez tras un gran pase de Ezequiel Palacios y nos hacía recuperar la ilusión y encaminarnos en lo que vendría a continuación.

Si mucho era lo que se sufrió en los 90´ el partido tenía un atractivo más no acorde a cardíacos, teníamos 30 minutos mas para definir la serie. El primer tiempo extra y luego de la expulsión de Barrios, nos dejo un panorama muy favorable para lo que quedaba de partido, la ilusión crecía y los minutos corrían, la adrenalina era cada vez más grande, y ni el más mínimo hincha de fútbol deseaba que haya penales, ya que muchos moriríamos antes que finalice la serie. Sabíamos que se podía, sin perder el nerviosismo, sin dejar de creer en ellos, Quintero toma un balón en la puerta del área, remata con su exquisita clase y para embellecer ese momento la pelota besa el travesaño y provoca la emoción más grande de la tarde y hace que esos nervios se conviertan en sonrisas, abrazos y deje afónicos a millones de hinchas millonarios. Pero a esta fiesta todavía le queda le quedaba el broche de oro, y cuando Boca se venía en forma desesperada a buscar el empate y con dos hombres menos, luego de que Jara tras una bolea que da en el palo haga que dejen de latir millones de corazones, llegaría la locura más grande de este cuento, Armani despeja con los puños un centro que fue al corazón de área chica y mágicamente le quedaría la pelota a Colombiano Quintero, que habilitaría a Martinez, de cara al arco Xeneize y sin obstáculo mediante en una corrida de más de 60 metros y de esta manera coronaría la tarde noche Madrileña ¿Quién no deseo ser el Pity en ese momento?..

La historia dicen que la escriben los que ganan, yo digo que lo hacen los que sueñan, y este plantel lo hizo posible. A seguir escribiendo más paginas doradas y que la "Gente crea que tiene con que".